miércoles, 12 de marzo de 2025

DELAFÉ Y LAS FLORES AZULES "Amor"

 

Primer álbum con nuevo material. Después de doce años, desde "De ti sin mí/De mí sin ti" (2013) Óscar D’Aniello se reencuentra con Helena Miquel, su compañera de Delafé y las flores azules, y publica el álbum más personal de su carrera. “Amor” será también su último trabajo.
La pieza central del álbum se inicia con el latido real del corazón de Luca, el hijo de D’Aniello, grabado a partir de la primera ecografía. Este sonido, pleno de magia, simboliza las fuerzas que definen la experiencia humana y a las emociones vividas, núcleo temático del disco. “Amor” es en realidad la nana con la que dormía al pequeño cada noche. “Aquí y ahora, amor. Amor, aquí y ahora”.
El propio Oscar ofrece los detalles: "'AMOR' no es una canción, ni un disco. AMOR es un viaje. Una aventura. Mi gran oda a lo más grande que tenemos: El AMOR. Ya sea el amor por el arte, por la vida, por un hijo, por intentar disfrutar del presente, de ese instante, del Don de la vida. 'AMOR' es libertad y valentía. 'AMOR' es un legado. Una firma. Una palabra eterna que pueda seguir hablando más allá de la vida. Supongo que eso es el arte, una especie de inmortalidad soñada que nos permitirá seguir acompañando a quien nos mire o nos escuche…entre ellos a Luca, mi hijo.
Pues sí. Amor nació al mismo tiempo que nacía mi hijo Luca y también al mismo tiempo que el mundo parecía detenerse. Eran tiempos de confinamiento y sentí que tenía que hablar de la vida porque, por momentos, parecía que la estábamos perdiendo. Estaba prohibido hablar sin mascarilla, y estábamos privados de toda sonrisa. No se permitía besar, abrazar pero…y, simultáneamente, yo acababa de ser padre, estando en contacto con el amor de una forma muy pura y sin barreras. Parecía un éxtasis vivirlo en ese contexto. Una mezcla de amor puro y miedo global muy poderoso. Yo andaba inmerso en una especie de aislamiento familiar. No paraba de leer cómics de Súper Héroes y había vuelto a escuchar Heavy Metal, que era la música de mi adolescencia. Supongo que todo ello era una forma de evadirme, de vivir aventuras, de conectar cada vez más con mi interior dada la realidad que sucedía en el exterior. Estaba muy ermitaño con mi hijo y mi mujer y llamé a un amigo músico y le comenté que quería empezar a hacer una canción. Empezamos trabajando sobre una letra que le repetía a mi hijo en loop para dormirlo a modo de nana: Aquí, ahora, amor….".

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