Para muchos los catalanes Madee son unos auténticos desconocidos, pero catorce años después de su último trabajo “L’Antartica” (2007), llega la hora de certificar la trascendencia de los chicos de Cambrils que regresan con el que es su quinto álbum de estudio, un trabajo fruto de la colaboración con el poeta y fotógrafo Mark Swanson, el americano es quien aporta las letras de los doce temas incluidos en este trabajo. Son fieles a su identidad sin desdeñar la experiencia y la serenidad que pueden dar los años. Esa consistencia interpretativa viene marcada por la presencia vocal de Ramón Rodríguez, lo que es lo mismo The New Raemon, sobre la que se arma ese contundente sonido de magnífica intensidad. El grupo presenta influencias claras de los ochenta y noventa: Echo & The Bunnymen, The Cure, Simple Minds, Sugar, The Fall, Sunny Day Real Estate, Lloyd Cole e incluso los U2 con esa herencia suenan absolutamente atemporales. El sexteto presenta un nuevo batería Antono Postius (Gyoza y ex-Mourn), quien sustituye a Lluís Cots, el resto de Madee sigue con la formación original: Pep Masiques (bajo) Ramón Rodríguez (voz, guitarra) Adam Vives y Capi a las guitarras y Marc Prats a los teclados, el mismo grupo de amigos que empezaron con este proyecto hará unos 20 años.
La inicial la "Caldera", y más tarde en "The Hunting Party", muestran el ímpetu de sus inicios, pero la mayoría de temas optan por una mayor contención y medios tiempos como “Night Of The New Moon”, “Room 205”, “The Way Home” o “Feelings Of Inadequacy”. Algo más enérgicas resultan “Under The Sun” y “Like Spiders Bite In Spring”. Madee sabe como combinar dosis de épica y oscuridad bien administradas, a pesar del tiempo transcurrido saben como crear buenas canciones, sin fisuras. “Eternity Mingled With The Sea” demuestra el talento incuestionable de esta banda y puede convertirse en uno de los discos destacados en este recién inaugurado 2021. Esperemos que no haga falta otra pandemia para que se vuelvan a reunir.
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