PUSSY RIOT La Lucha Punk

Cuando los gobernantes temen las críticas muestran su verdadera debilidad. La sentencia de dos años de prisión a las componentes de la banda punk Pussy Riot es absolutamente injustificada. Apresadas en marzo por cantar una canción en el altar mayor de la Catedral de Cristo Salvador, en Moscú, acaban de ser condenadas de forma abusiva y exagerada por una acusación de gamberrismo y odio religioso. Ellas negaron vulnerar la ley, pero sí han pedido perdón a los creyentes que se pueden haber sentido ofendidos por la letra de la canción: "Mierda sagrada, madre de Dios, hazte feminista y llévate a Putin". La verdad es que el mandatario ruso no acepta ninguna crítica. Muestra de su régimen represor es que ahora acusan al ajedrecista Kasparov, que participo en las protestas por la detención de la banda, de morder a un policía y se enfrenta a 5 años de prisión. A pesar de que las imágenes demuestran que la acusación es falsa y que por contra él si recibió golpes de un agente. Es absurdo que estas cosas sigan ocurriendo en tiempos actuales. El rock ha de ser combativo y los líderes han de saber aceptar las críticas, sobre todo después de los desmanes a que nos tienen acostumbrados. Las Pussy Riot  (Revuelta de Chochos, en castellano) se han hecho demasiado grandes y no las pueden esconder. Ya han salido muchos seguidores en todo el mundo. Ayer mismo pudimos ver a un grupo de imitadores que entró en un templo de Alemania, en plena misa, disfrazados con esas mismas capuchas para solicitar su liberación. No serán los únicos en pro de la lucha punk. El rock es combate, protesta cultural. Sus voces no se pueden acallar. Mal iría el mundo.