Salvaje Montoya sigue explotando su rocknroll desvergonzado y gamberro. Cambiar a estas alturas sería un despropósito, así que en su segundo disco
"Rompiendo la yuca" vuelven a pecar, de un modo más irreverente si cabe que con su debut
"Boda rumana" de 2013. Lo hacen sin complejos, como si no hubiera un mañana y les da igual tirar del garage, que del rockabilly, los sonidos latinos, fronterizos, el punk o el surf. Ellos quieren ser los rompepistas, los que preparan el cóctel y se lo beben, los que saltan a la marmita con estilo contundente. Absolutamente desatados y deslenguados cantan:
"cuando llegue el juicio final, en tus nalgas habrá un vacío legal» o bien
"saborea el canapé resbalando por sus tetas.." Narran historias nocturnas retorcidas, llenas de excesos y turbulencias, que transcurren en lugares oscuros de Barcelona, pero que también ocurren en otras ciudades. 10 canciones que despachan en apenas treinta minutos de imparable rock, en canciones como
"Santa mamita del Raval", "Mujer madura", "Leyenda local", "Rituales de cuchillas" o
"Serpientes en celo", llenas de sudor y saliva.
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