"Clamor" es emoción intensa, pero también experimentación digital. Se cruzan el pasado, el presente y el futuro, porque habla de la capacidad del ser humano para transformarse y siempre seguir adelante, casi como un clamor colectivo, así lo cantan: "Volver a empezar de nuevo, aunque el viento sople de cara, / si hay tempestad, ahora calma. / Volver a sentir el fuego, vivir como si fuera juego / con ese entusiasmo canalla, veremos entonces si calla / un animal compungido, entre cerros perdidos, el miedo que todo lo halla…"
Podríamos definir este cancionero como de tintes sociales, pero cuidado porque contiene más preguntas que respuestas. Hablan de las historias que nos contamos, más comunes de lo que podríamos pensar. Y todo ello con nuevos márgenes sonoros, repletos de coros, texturas infinitas y estribillos arrebatadores. “Fiera de mí” fue su primer lanzamiento, la canción más pop y que posiblemente lleva al extremos ese concepto de nuestra brutal naturaleza humana. Ese espíritu poético y crítico sigue reinando en “Meteorit Ferit”, "Milagro", “Ventura” o . La labor de David Soler, productor también del debut del dúo, se convierte en esencial en “Clamor”, tanto en la composición, como en los cuidados arreglos de cuerdas, voces o en la presencia de los sintetizadores. Las emociones siguen cruzándose en un cancionero donde cada pieza tiene vida propia y su propio universo. “Clamor” no es un disco fácil, es experimental y sorprendente. La intención es que sea un viaje y que te atrevas a transformarte con él, como si se tratara de una revelación, para la que aún nos quedan ganas de creer.
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