"Mr. Morale & The Big Steppers" se ha convertido a pocas semanas de su lanzamiento en un clásico instantáneo. El portal Metacritic lo ha puntuado con un '100 sobre 100'. La misma nota que "What’s Going On" de Marvin Gaye o un punto más que el "Sign o' the Times" de Prince, por poner algunos ejemplos, así que las expectativas han sido muy altas para un disco calificado de perfecto, por si fuera poco en un álbum doble desbordante, con 18 canciones y más de setenta minutos de duración. Un trabajo que recoge el último medio siglo de la música afroamericana, por donde desfilan el funk, el hip hop, el soul, el jazz y la música negra. El quinto álbum de estudio de Lamar nación con la aspiración de trascender y a fe que lo ha conseguido. Desde ese arranque con “United In Grief”, que nos trae el recuerdo permanente del Prince de los ochenta: a ese rap frenético de "Worldwide Steppers" o "Auntie Diaries"; las melodías irresistibles de "Die Hard" (con Amanda Reifer) o "Mirror"; el clasicismo de "Father Time"; el toque digital de "N95" o la enorme “Mother I Sober”, junto a la voz de Beth Gibbons (Portishead), que narra una agresión sexual que sufrió su madre.
Por todo ello "Mr. Morale & The Big Steppers" resulta un disco arrollador, dramático, en ocasiones furioso en el que Kendrick Lamar sabe alcanzar los clímax adecuados en cada momento y eso significa saber tratar y contar historias de abuso infantil, homofobia o las desigualdades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario