El dúo barcelonés publica su disco más pop hasta la fecha. Sí, es su disco más accesible. Ellos mismos reconocen que la idea era hacer "canciones sencillas y bonitas, con coros agradables de escuchar y de cantar. Cursis y facilonas". "Joterías bobas" cuenta con las colaboraciones de Single en “La carta exagerada”, Elsa de Alfonso y la Terremoto de Alcorcón en al divertida “Llorreír”, un concepto que se inventan capricosamente. Canciones con vestigios de ritmos latinos (mambo, chachachá), ecos de canción francesa y hasta italiana como esa audaz versión de "Maracas", de Paolo Conte. Es también un disco influido por sus viajes a México. De ahí sale la plabra "jotería" que allí equivale a mariconada."Joterías bobas" ha sido grabado en París con Jérémie Orsel (ExDorian Pimpernel). Han intentado huir de crear canciones con elementos histriónicos y han optado por artilugios analógicos como el Emulator II, un sampler de 1984 que funciona con muestras almacenadas en disquetes; y el Variophon, un sintetizador de 1975 que funciona con cartuchos de circuitos que imitan las dinámicas de los instrumentos de viento gracias a un curioso sistema: hay que soplar para que suene. Son muy singulares, le cantan a su caja de ritmos averiada en "Se malogró", convierten una cita amorosa en un cuento a ritmo de kraut-pop en "La cita" o crean un mambo cargado de misterio en "Claro que sí".
“Joterías bobas” sirve también para celebrar las dos décadas en activo de Hidrogenesse. Genís Segarra y Carlos Ballesteros son hijos del krautrock, del glam y del synth pop, pero son únicos, con su humor costumbrista, su arte vitriolo, su estética sonora impredecible, letras con carga de profundidad y una personalidad artística sin parangón.
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