LA HABITACIÓN ROJA "Años Luz II"

"Años Luz II" es probablemente el álbum más introspectivo de La Habitación Roja. Se trata del decimotercer álbum del grupo, que se proyectó con la premisa de llegar al estudio sin ideas preconcebidas, sin maquetas y sin ensayos previos. “Teníamos once buenas canciones escritas, pero había que darles la forma que las melodías, las letras y el estado de ánimo nos sugirieran. Las fuimos armando desde cero en el mismo estudio, por lo que el resultado final era del todo imprevisible, algo muy estimulante y espontáneo que convirtió el proceso de grabación en una aventura”, explica Jorge Martí, vocalista y líder de La Habitación Roja. El cantante sostiene que "el disco es una mezcla equilibrada de clasicismo y modernidad al servicio de las canciones". "Nos hemos volcado en la composición y tal vez algunas de las canciones sean más introspectivas y se hayan visto afectadas por un tiempo .. que ha sido extraordinariamente duro y excepcional, pero no versan sobre la pandemia. Lo que sí que creo es que este tiempo de introspección nos ha puesto delante del espejo y nos ha hecho reflexionar sobre nuestros sentimientos más íntimos y la manera en la que nos relacionamos”, añade.

Producido y grabado por Paco Loco en su estudio de El Puerto de Santa María, "Años Luz II" contiene tres nuevos temas de la banda. "El Día Internacional de los Amantes" es una canción que destila toda la añoranza de contemplar la ciudad del Turia, el barrio del Carmen y las escenas costumbristas valencianas que retrataba Sorolla en la playa de la Malvarrosa, desde la distancia de Noruega”, cuenta. Por otro lado, "Hasta el fin", el segundo adelanto, es un homenaje íntimo a las personas que se enfrentan con todas sus fuerzas a los problemas de salud o de cualquier otra índole y levantan orgullosas la bandera de la dignidad, así como a las parejas, amigos, compañeros, familiares y desconocidos que acompañan en esa recuperación. Finalmente, "No estuviste allí" es, en palabras del cantante, probablemente la canción más directa, ruidosa y guitarrera del grupo en los últimos años, “tres minutos de electricidad, distorsión y disonancias que evocan y mezclan el sonido y las melodías de los primeros Teenage Fanclub y la estética ‘shoegaze’ de grupos como My Bloody Valentine. Una reivindicación del pop de guitarras y del poder de la música, la amistad y el amor”.

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