Era uno de los discos más esperados de este año y el sexto álbum de los canadienses ha generado críticas muy dispares. Es comprensible, cinco años de espera, tras "Everything Now" (2017), son muchos para crear expectativas de todos los colores. "WE" puede ser mejor o peor según se mire, pero tiene la virtud de volver a trasladarnos a esas mágica sensación de música catalizadora. Es pop-rock con sintetizadores que no cae en lo simplista, con sus habituales guiños al folk contemporáneo y con suficientes hits para satisfacer los paladares más exquisitos. Arcade Fire son además una banda de su tiempo y afrontan en sus letras la ansiedad que vivimos, la sociedad quebrada que nos rodea. "WE" (nosotros, en castellano) es en sus propias palabras un canto a la unidad y en contra de "las fuerzas que amenazan con alejarnos de las personas que amamos, así como de la urgente necesidad de superarlas".
Arcade Fire siempre ha buscado más lo trascendental que lo liviano. En ese sentido el álbum se presenta como un concepto dividido en dos partes, una primera que bajo el subtítulo de 'I' (yo) canaliza el miedo y la soledad del aislamiento en los tres primeros cortes, en contraposición con 'WE', la segunda, que celebra el sentimiento de comunidad en un sentido salvador, con las cuatro últimas canciones. Ya en el inicial "Age of Anxiety I", nos plantean un retrato generacional de angustia que habla de la búsqueda de evasión de la realidad a través de la química o las redes sociales, se aprecia una voluntad de llamar a la reflexión colectiva, señalando esos medicamentos que no funcionan y a una población insomne. La segunda parte "Age Of Anxiety II (Rabbit Hole)”, se anima con su synth pop bailable más reconocible, mientras que “End Of The Empire I-IV”, con sus más de nueve minutos de duración, comienza como una balada al piano que crece hacia un desarrollo progresivo marcado por saxo, para plantear aquello de "que se pare el mundo que yo me bajo". Atención porque Win Butler toma prestada la melodía de "Imagine" de John Lennon.
Afortunadamente la segunda parte, la del nosotros, se despoja de ese sentido tremendista que ensombrece nuestro tiempo para dar un soplo de esperanza, gracias a “The Lightning I, II” que inevitablemente nos recordará a los autores de "Funeral" ( 2004). El folk de “Unconditional I (Lookout Kid)” muestra su faceta acústica y llega para desengrasar: "Hay cosas que podrías hacer / Que nadie más en la tierra podría hacer / Pero no puedo enseñarte, no puedo enseñártelo", cantan rebajando los mensajes más grandilocuentes. “Unconditional II (Race and Religion)” es lo más sorprendente del lote, ya que contiene un dueto entre Régine Chassagne y Peter Gabriel a ritmo de electro pop. El cierre acústico,“WE”, pone punto final con otra balada, esta vez con guitarra acústica, que tampoco resulta un cierre brillante.
Lamentablemente cuando llegas al final descubres que no es un disco para tirar cohetes, correcto, pero que no estaría entre lo más destacado de su discografía. Sus apuntes electrónicos, su habitual mezcla de folk, rock y pop y esos cambios de ritmos los hacen reconocibles, aunque habría que pedirles más. Sus fans lo disfrutarán, aunque solo han mantenido el nivel.La llegada de "WE" ha venido acompañada del anuncio de una gira mundial que arranca el 30 de agosto en Dublin, viajará por el viejo continente y pasará por España. En concreto, la banda tocará en el WiZink Center de Madrid el 21 de septiembre, acompañados por su compatriota Feist. Precisamente las entradas salen hoy a la venta.
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