Tras su disco de debut “El mal de la juventud”, editado en 2021, teníamos ganas de escuchar cosas nuevas de Emilia Pardo y Bazán, por fin reaparecen con “La fiesta que me prometiste”, trabajo que les consolida como una de las formaciones más originales de nuestro panorama musical. Sus virtudes son muchas porque sus alegres canciones tristes nos hablan de desencanto y desengaños, pero siempre con ritmos contagiosos. Con ello consiguen dar a sus canciones un tono vital, que se refuerza con pop irónico. Tristeza sí, pero que nos hace sonreír porque nos vemos retratados, a veces vapuleados.
Los talaveranos Sergio Sanguino, Paula García, Ada Martínez y Pepe Sánchez, lo han vuelto a hacer, con diez canciones que son un manual de superviviencia con su poética de lo cotidiano que estalla en grandes estribillos. Desde “Electrodomésticos” nos presentan esas derrotas diarias; los versos tristes de“No merece la pena” se constituyen en una de las mejores canciones de la banda hasta la fecha con esa letra arrebatadora: “No merece la pena que me vuelvas a besar, ya hay bastante gente triste en este bar”; las dosis de la sentida “Nube Kinton” ahondan en esa misma sensación; “De rodillas”, inspirada en Nacho Vegas, es otra lección de carga poética con ese “el ciervo de ojos tristes que hay colgado en tu pared”.
El amor de clase obrera encerrado en “Treinta metros” es de los más triunfalista, el hedonismo se muestra en “Preocúpate mañana” y en “Nube Kinton” crean la atmósfera más etérea y en “Qatar 22” nos enseñana su latido punk. Sin duda un trabajo rico en matices que no te aburrirá en ningún momento. Y cuidado porque son canciones que exploran nuestras emociones.
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