Fin del Mundo sigue generando expectativa con su propuesta sonora. Su segundo disco "Hicimos crecer un bosque" sirve para reivindicar su sonido electrizante bañado de dream pop. La banda patagónica vuelve a ofrecernos una lección de distorsión, con su música ambientada en los paisajes del sur del mundo.
El nuevo álbum se hace corto, ocho canciones resueltas en apenas 31 minutos, pero es bonito de principio a fin, desde ese arranque post punk con “Una temporada en el invierno”, a los singles lanzados con anterioridad como el elegante “Vivimos lejos" o donde unen fuerzas con Guillermo Mármol, cantante de la legendaria banda punk Eterna Inocencia, en “El día de las flores“, que adopta un formato narrativo y explora la historia de un protagonista que atraviesa la angustia de un amor no correspondido: “Creyéndose solo en mitad de la ciudad, añorando aquel refugio entre dos y sintiendo que aquello construido en el pasado permanece vivo en el recuerdo, en una sensación, en el viento”, explica Lucía Masnatta, cantante y guitarrista del grupo. Nada que no desmerezca la pegadiza “Cuando todo termine”, el instrumental “Refugio” o el post rock elegante en “Microclima”.
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