El grupo sevillano Blusa es un extraño caso, como esos paisajes sonoros, casi marcianos que construyen. Llevan 20 años en activo con su rock instrumental, pero a pesar de ello sólo han publicado tres álbumes largos y varios EPs en estas dos décadas. Ellos trabajan a ese ritmo y hay que aceptarlo, al igual que sus permanentes cambios de formación. Cuatro años han pasado desde aquel "¡Toca Breakbeat, Perro!" (Sello Salvaje, 2014). Sus influencias pasan por Sonic Youth, Tortoise, Godspeed You! Black Emperor o Mogwai, con capas de sonido abigarradas y envolventes, tanto que la formación ahora convertida en trío suenan como si tocaran una decena de músicos, gracias al uso de sintetizadores, samplers y parafernalia electrónica,. A estas alturas no es fácil etiquetar la música de Blusa, ya que tiene trazas de krautrock, de shoegaze, de ambient y de post-rock, pero siempre estimulantes.
En este disco "K" han decidido titular todas las canciones con una almohadilla y un número, aseguran que para resultar más enigmáticos, aunque es verdad que en este trabajo suenan más frescos. Mucho más que en su debut en 2000 el elepé "Annual for boys 1954", cuando entonces eran quinteto. En la actualidad la banda está formada por Daniel Barja (guitarra), Curro Molina (bajo, programaciones y diseño artístico) y Antonio Ortiz(batería y sampler).
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