Se cumplen 30 años de esta canción, en la que la banda pucelana Celtas Cortos recordaba la magnífica noche en la cabaña del Turmo. Hoy también 20 de abril anhelan aún más esas risas con los amigos desde el confinamiento en sus casas. En el aniversario del mayor de sus éxitos y con la melancolía más latente que nunca, el grupo ha querido rodearse de amigos, otra vez, para no sentirse solo. La canción cuenta la añoranza de un joven que había emigrado y los recuerdos de una noche con sus amigos en una cabaña del Pirineo oscense.
En este 20 de abril enmarcado en la crisis de la COVID-19, Celtas Cortos relanza el tema con la colaboración de un amplio grupo de artistas y de trabajadores esenciales que estos días hacen frente a la pandemia. La recaudación irá destinada a la organización Médicos Sin Fronteras. Desde los estudios particulares de sus casas, los componentes del grupo han regrabado su mayor hit junto a artistas de la talla de Mikel Izal, Rozalén, Amaral, Carlos Tarque, Ska-P, Sidonie, La Pegatina, Reincidentes o Despistaos entre otros. Además de estas caras conocidas aparecerán otras: las de los trabajadores de hospitales, de la Cruz Roja, agentes de policía, agricultores y ganaderos, empleados de supermercados y estancos, en definitiva, para "dar visibilidad a los que están en primera línea", cuenta Javier Cifuentes. "La cultura es una ventana abierta al confinamiento. Aunque sea desde el encierro, un libro o una canción te abre la mente y te traslada, te hace viajar y te deja respirar. Sin cultura no funcionamos, la cultura es la respiración de la humanidad". Más necesario que nunca, el sector cultural vive una crisis profunda con un futuro incierto, a pesar de todo con sus muestras diarias nos hace sobrellevar el confinamiento con otra cara, con un espíritu de esperanza para que esta situación de alarma sanitaria acabe pronto. Cuidaros mucho.
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