La sexualidad y la aceptación es la temática que que marca esta recopilación de rarezas. Al fin y al cabo marcó la vida de Pierce fue criado en un hogar extremedamente religioso: siendo hijo de pastores pentecostales del norte del estado de Nueva York, en Horseheads. Pierce huyó de casa en cuanto pudo, sobre todo después de que sus padres no aceptaran su homosexualidad. Atentos a la portada del disco: se trata de la misma fotografía que el grupo utilizó para su segundo trabajo discográfico, "Portamento" (2011), pero hay detalles que marcan diferencias como las letras amarillas con la frase que señala esa desgraciada infancia: "Mami, no me azotes"; el encuadre ampliado que revela a una anciana que no estaba, la inocencia en los ojos del pequeño Jonny y la cruz invertida en la pared floreada.
El segundo disco que compone "Mommy Don’t Spank Mees" son en realidad 11 remixes con una amplia variedad de estilos ha cargo de nombres muy reconocibles como el del DJ danés Trentemøller en “Days”, cuatro versiones, realmente innecesarias, de “Me and the Moon” a cargo de Twin Shadow o Matthew Dear o el meneo que Beat Connection le da a “Money”. Este segundo disco demuestra que había ganas de experimentar, en concreto con el sonido de la música electrónica, otros pensarán que es puro relleno. Sin duda "Mommy Don’t Spank Mees" encantará a sus fans y hay que reconocer que por momentos resulta disfrutable.
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