Yves Tumor es un artista ambicioso, su meteórica carrera va unida a su capacidad de transformación y a un talento innato para colocar sonidos perfectos en piezas artificiosas, como un excelente orfebre. Su obra se puede calificar de art-rock y demuestra una devoción exagerada por las posibilidades de la grabación. Todo eso unido a su capacidad para la provocación le convertirán muy pronto en un fenómeno musical.
Yves Tumor comenzó su carrera sumergido en el ruido experimental, pero desde el principio dejó claro que aspiraba a subirse a escenarios cada vez más grandes. Sus pretensiones pasaban por reinventar la definición de rockstar y modelar un icono glam, oscuro y sensual. "Praise a Lord Who Chews but Does Not Consume" revalida sus objetivos y lo hace más grande. El disco ha logrado fusionar a la perfección el rock alternativo y R&B, hasta que por momentos Yves Tumor se transfigura en Prince, entre un muro de guitarras que rugen sin descanso abrazando el shoegaze. Atentos a piezas como: "Ebony Eye", "Meteora blues" "Fear Evil Like Fire", “Purified by the Fire” u "Operator". Se hace difícil imaginar que se vayan a publicar este año discos con un sonido más rico. Estamos ante una odisea espacial que nos muestra otra forma de hacer música, original y sorprendente, que se adentra con desafiante glamour en una gran variedad de géneros.
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