Billie Eilish da una lección de madurez para mostrarnos que mejora con cada nuevo disco. Su tercer disco "Hit Me Hard and Soft" es su álbum más interesante, en el que vuelve con ese estilo urbano tan marcado. Un trabajo en el que cuenta de nuevo en la producción con su hermano Finneas O'Connell, al que muchos consideramos el verdadero artífice del fenómeno Billie Eilish, compositor, cerebro y según me cuentan psicólogo, el único que es capaz de mantener en pie la frágil personalidad de la artista. Ella ha explotado convenientemente sus problemas de salud mental, anorexia, la fama prematura, depresión, ansiedad, suicidio y drogas.
"Hit Me Hard and Soft" habla del amor, la identidad y, por primera vez se atreve con la sexualidad en "Lunch", pero de nuevo vuelve a plantearnos los problemas que acarrea ser una joven estrella del pop y la fama. "¿Estoy actuando ya según mi edad?", pregunta en el primer tema del disco, "Skinny", un asunto ya bastante explotado, algo que se convierte ya en excesivamente reiterado. La cosa mejora con piezas como "Chihiro", el folk de "The greatest", "Blue" y sobre todo con "L’amour de ma vie".
No hay comentarios:
Publicar un comentario