"Lucille" ha callado para siempre. La guitarra de B.B.King ha enmudecido. A los 89 años ha fallecido el que ha sido considerado "el rey del blues". Desde hacía más de 20 años padecía diabetes tipo 2, a principios de abril fue hospitalizado tras sufrir una deshidratación y desde hacía semanas se temía por su vida. Considerado uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos,B.B. King se despide con un legado cultural inmesno: 16 premios Grammy, más de 50 discos en casi 60 años de carrera y temas que marcaron época como "Three O'Clock Blues", "You Don't Know Me", "You Upset Me Baby", "The Thrill Is Gone" "Payin' The Cost To Be The Boss", "How Blue Can You Get", "Everyday I Have The Blues", "Why I Sing The Blues" o "When Love Comes to Town", su célebre colaboración con los irlandeses U2. Ingresó en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1987.
B.B. King con su especial estilo es uno de los mayores guitarristas de la historia. Nunca dejó de cantar y de expadir el blues propio y ajeno por todo el mundo. Incansable B.B. King siempre estaba en la carretera, cerca de su público. Tal es así que muchas de sus giras recalaban en tierras españolas, un país que le encantaba y donde tenía buenos amigos con los que no dudaba en colaborar siempre que podía, caso de Raimundo Amador, junto al que también descubrió las raíces flamencas.
Riley B. King nació el 16 de septiembre de 1925 en una plantación de Itta Bena (Misisipi). Allí empezó a tocar, por las esquinas de aquellas calles, hasta que en 1947 hizo autostop en dirección a Memphis para labrarse una carrera musical en la localidad que era entonces la Meca de todos los estilos afroamericanos. Su actuación en el programa de radio de Sonny Boy Williamson llamó la atención de los especialistas y pronto cerró una serie de actuaciones en el local Sixteenth Avenue Grill y en la estación WDIA, donde se dio a conocer bajo el nombre Beale Street Blues Boy. Posteriormente, decidió acortarlo a Blues Boy King y, finalmente, dio con el definitivo B.B. King.
A mediados de la década de 1950 tuvo lugar un suceso que marcaría para siempre la carrera del artista. King actuaba en un local de Twist (Arkansas) cuando unos espectadores se enzarzaron en una pelea que acabó prendiendo fuego al local. El artista se apresuró a salir de la sala, pero se dio cuenta de que se olvidó dentro su querida guitarra Gibson acústica de 30 dólares y no dudó en desafiar las llamas y recuperarla. Después supo que la discusión se había producido por una mujer llamada Lucille y decidió bautizar así a todas las guitarras que le acompañaron durante el resto de su carrera.
Su dominio de la técnica le ha permitido navegar entre el blues, el swing el rock y el pop. Esa versatilidad le ha permitido colaborar con infinidad de artistas y ser telonero de los Rolling Stones en 1969 y también para Ike y Tina Turner.
King se casó en dos ocasiones. Primero con Martha Lee Denton, entre 1946 y 1952, y después con Sue Carol Hall, desde 1958 hasta 1966. El artista deja 14 hijos y más de 50 nietos. Muerto El Rey ¡Viva El Rey!
A mediados de la década de 1950 tuvo lugar un suceso que marcaría para siempre la carrera del artista. King actuaba en un local de Twist (Arkansas) cuando unos espectadores se enzarzaron en una pelea que acabó prendiendo fuego al local. El artista se apresuró a salir de la sala, pero se dio cuenta de que se olvidó dentro su querida guitarra Gibson acústica de 30 dólares y no dudó en desafiar las llamas y recuperarla. Después supo que la discusión se había producido por una mujer llamada Lucille y decidió bautizar así a todas las guitarras que le acompañaron durante el resto de su carrera.
Su dominio de la técnica le ha permitido navegar entre el blues, el swing el rock y el pop. Esa versatilidad le ha permitido colaborar con infinidad de artistas y ser telonero de los Rolling Stones en 1969 y también para Ike y Tina Turner.
King se casó en dos ocasiones. Primero con Martha Lee Denton, entre 1946 y 1952, y después con Sue Carol Hall, desde 1958 hasta 1966. El artista deja 14 hijos y más de 50 nietos. Muerto El Rey ¡Viva El Rey!
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