domingo, 14 de abril de 2019

KIKO VENENO "Sombrero roto"


Kiko Veneno (Figueres, 1952) demuestra que es un tipo inquieto, capaz a sus años de renovarse continuamente, hasta el punto de que ahora a su edad se atreve a pasarse a la electrónica y reinventarse, sin ningún prejuicio. “Me quiero asegurar / Que mi sombrero está bien roto y así los rayos / Pueden entrar en mi cabeza”, cantaba Kiko Veneno en "Los delincuentes" en su disco "Veneno" (1977), de ese modo explicaba que nuestra mente tiene que estar abierta a nuevas percepciones, así que este músico inclasificable se deja influir por otras orientaciones posibles.
Más allá de los sonidos electrónicos, "Sombrero roto" es un mosaico de géneros en el que junto a su reconocible deje aflamencado caben tecno, soul, funk, kraut, psicodelia y, en fin, prácticamente de todo, con una perspectiva fresca en la que las guitarras son casi anecdóticas, dejando que el peso recaiga en cajas de ritmo y sintetizadores. Así nos encontramos con piezas como los sencillos "La higuera", una poética alusión sexual, inspirada por el complejo sistema de polinización de los higos o "Vidas paralelas", ofrece un satírico "Autorretrato" en el que canta de sí mismo: "Soy feo y sin salero, todo me da miedo/ Lo que tengo es mucho que matar". Otras piezas como "Chamariz", un canto de amor a la Naturaleza; o la juguetona rumba disco-funk "Sombrero roto" nos pueden dar una idea clara del nuevo concepto de este músico juguetón. O cuando, burlándose de los nacionalismos en la rumbera "Yo quería ser español", canta verdades como: “el miedo es lo que da más dinero” y “no hay negocio como la guerra”, absolutamente vigentes ahora en plena campaña electoral.
Esta claro que el bueno de Kiko quiere, sobre todo, renovar su cancionero, a estas alturas el mismo que renovó el flamenco con la tradición musical de Frank Zappa y Bob Dylan, el que probó sonidos ochenteros, que en los 90 se echó un cantecito de rumba, pop y bossa y que en el nuevo siglo tanteó el ámbito "indie", sin más ahora vuelve a reinventarse en un disco tintado de electrónica. En su propio estudio trabajó durante dos años y medio en las maquetas que prácticamente fijaron el aspecto de estos diez nuevos cortes sorprendentes. Su hijo Adán López se ha encargado de redactar en primera persona las reflexiones del libro que acompaña y contextualiza este lanzamiento, dice que "este disco tiene algo de excesivo". "Para llegar a sitios satisfactorios, a veces hay que trabajar mucho, en un proceso confuso con pasos en falso en los que parece que retrocedes", señala al respecto José María López, que incluye preciosas referencias biográficas alternadas con bonitas imágenes basadas en antiguas fotos. 
Aunque la gira oficial no empezará hasta después del verano, Kiko Veneno ofrecerá algunas actuaciones en los próximos meses con su banda clásica y con este "Sombrero roto" la próxima fecha será en Los Jardines de Viveros de Valencia el 5 de julio.

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