¡Qué maravilla! Llega nuestras manos "Live in Maui", el disco de Hendrix que ha tardado 50 años en ver la luz. Un álbum y un video documental con la actuación que el trío Jimi Hendrix Experience brindó en julio de 1970 en el volcán Haleakala, ubicado en Maui, Hawaii. De hecho, esta box set, que incluye tres vinilos (o dos CD’s, según la versión), un blue-ray y un libro explicativo, es una prueba más de que, por increíble que parezca, no se han acabado las grabaciones ocultas del dios de la guitarra rock.
En esta ocasión tenemos que situarnos en julio de 1970, dos meses antes de morir, Jimi Hendrix volaba en un avión rumbo a Hawai. Su manager, Michael Jeffery, le había convencido para ir a las islas a dar un concierto que le había prometido que sería muy diferente a todo lo que había hecho hasta el momento, pero sin dar muchos más detalles. Al aterrizar se encontró con que la actuación iba a ser para un centenar de hippies desmadrados que formaban parte del elenco de actores y figurantes de una de las películas más alucinadas de la época, "Rainbow Bridge", película contracultural en la línea de Easy Rider absolutamente fallida y que algún crítico llegó a calificarla como "sin duda la película hippie más tonta jamás realizada". El trasfondo de aquel viaje no tiene desperdicio, tal como se narra en un documental titulado “Music, Money, Madness… Jimi Hendrix in Maui”. La película de Jeffery se centró en la idea de un "puente arcoíris" entre los mundos iluminados y no iluminados. Se concibió para presentar de todo, desde surf y yoga hasta meditación y Tai-Chi, y se filmó sin la ayuda de un guión o actores profesionales.
En el colmo del desvarío hippie, se montó un escenario en la ladera de un volcán de Maui, para captar así las energías del lugar, situándose además a los asistentes ordenadamente de acuerdo con su signo del zodíaco.
Todo parecía indicar que la jornada sería un desvarío sin sentido, pero fue una actuación brutal: el trío estaba en plena forma Hendrix dio un concierto espectacular, junto a Billy Cox al bajo y Mitch Mitchell a la batería, la formación recuperaba temas de la Jimi Hendrix Experience original, para incluir otras más recientes. El misterio de que no se haya editado hasta ahora se explica porque el viento reinante de más de 60 kilómetros hora provocó numerosos problemas técnicos, de modo que tuvieron que hacer apaños improvisados en los micrófonos, como se puede ver en la grabación, y la batería de Mitch Mitchell no quedó registrada durante gran parte del concierto. El músico tuvo que volver a grabar sus pistas de batería en los Electric Lady Studios en 1971. Eddie Kramer, productor de Hendrix, recuerda: "Mitch trabajó muchísimo en las nuevas tomas. Si no lo conseguía en una toma, sin duda lo lograba en la segunda, me quedé completamente impresionado por su capacidad para duplicar las partes que ya había interpretado. ¡Estaba decidido a arreglar la mala calidad de las grabaciones debido a los vientos de 50 millas por hora porque habían tocado en la ladera de un maldito volcán! Después de la muerte de Jimi, pasó un tiempo antes de que yo pudiera volver al sitio donde guardaba todas las cintas. Mitch era un soldado con la mentalidad británica del «puedo hacerlo». Está muy bien volver a grabar la batería, pero hacerlo de manera que no se note... eso sí que es la magia. Conocía el material al dedillo y es un tributo a su sensibilidad como músico y compañero de Jimi".
Todo parecía indicar que la jornada sería un desvarío sin sentido, pero fue una actuación brutal: el trío estaba en plena forma Hendrix dio un concierto espectacular, junto a Billy Cox al bajo y Mitch Mitchell a la batería, la formación recuperaba temas de la Jimi Hendrix Experience original, para incluir otras más recientes. El misterio de que no se haya editado hasta ahora se explica porque el viento reinante de más de 60 kilómetros hora provocó numerosos problemas técnicos, de modo que tuvieron que hacer apaños improvisados en los micrófonos, como se puede ver en la grabación, y la batería de Mitch Mitchell no quedó registrada durante gran parte del concierto. El músico tuvo que volver a grabar sus pistas de batería en los Electric Lady Studios en 1971. Eddie Kramer, productor de Hendrix, recuerda: "Mitch trabajó muchísimo en las nuevas tomas. Si no lo conseguía en una toma, sin duda lo lograba en la segunda, me quedé completamente impresionado por su capacidad para duplicar las partes que ya había interpretado. ¡Estaba decidido a arreglar la mala calidad de las grabaciones debido a los vientos de 50 millas por hora porque habían tocado en la ladera de un maldito volcán! Después de la muerte de Jimi, pasó un tiempo antes de que yo pudiera volver al sitio donde guardaba todas las cintas. Mitch era un soldado con la mentalidad británica del «puedo hacerlo». Está muy bien volver a grabar la batería, pero hacerlo de manera que no se note... eso sí que es la magia. Conocía el material al dedillo y es un tributo a su sensibilidad como músico y compañero de Jimi".
Así que lo que escuchamos en este disco es un remezcla actual de lo que fue el directo de Hendrix (voz y guitarra) y de Billy Cox (bajo), más una pista de batería de estudio tocada meses después. Además se ha utilizado la tecnología actual para eliminar el ruido del viento, lográndose que ahora suene genial. Por lo tanto, estamos ante un documento histórico que permite acercarnos de nuevo a la figura y el legado de Jimi Hendrix.
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