lunes, 4 de enero de 2021

McCartney "McCartney III"


Paul McCartney ha grabado un disco notable durante su confinamiento, de hecho es un trabajo que surgió durante la cuarentena. El álbum de estudio en solitario número 18 de la leyenda de los Beatles se puso a la venta el pasado 18 de diciembre y acaba de llegar al número uno en Reino Unido, algo que no conseguía desde hace 31 años después de "Flowers in the Dirt" (1989).
El décimo octavo álbum de estudio en solitario de McCartney es el tercer y último capítulo de una trilogía de álbumes que incluye su álbum debut McCartney de 1970 y McCartney II que siguió diez años después en 1980; el primero alcanzó el número 2 en la lista de álbumes oficiales, con el segundo logró el número 1. El músico tenía la intención de celebrar sus 78 años de vida saliendo de gira, una forma de vida habitual para una leyenda de la canción, pero la llegada del Covid le obligó a una forzada reclusión, eso sí en su inmensa mansión de Essex, donde no le quedaban más que dos soluciones dedicarse a la vida contemplativa y al jardín o crear música. Optó por la segunda: lo grabó en el estudio de su casa y para ello se puso a tocar todos los instrumentos y las programaciones, desde la batería, a las guitarras y bajos, hasta los sintetizadores. El resultado es bastante minimalista, alejado del concepto de "hits". "McCartney III" se compone de once nuevos temas y muestra a un músico veterano que domina los tiempos, con buen gusto y el dominio de la orquestación, sin adornos en esta ocasión, lo que le lleva a crear canciones con aroma clásico, sin complicaciones. El de Liverpool arranca con ese excitante y crudo riff de guitarra que es "Long tailed Winter bird", pieza casi instrumental de acordes pegadizos para seguir por el single “Find My Way”, uno de esos éxitos instantáneos, que recuerda a Wings. Prosigue con el medio tiempo de “Pretty Boys”, pura melancolía que invade también “Women And Wives", donde aparece por primera vez el piano, dice Paul que es su canción favorita. Sigue con puro rock and roll en “Lavatory Lil", donde resalta el trabajo de la guitarra con un bonito riff. A continuación el tema más experimental y extraño del álbum, “Deep Deep Feeling” se extiende a lo largo de 8 minutos como si fuera una cancion dentro de otras. A continuación "Slidin" que es otro vibrante momento de guitarras. "The Kiss of venus" es puro contraste, ya que McCartney regresa a su vertiente más sentimental. “Seize The Day” recuerda a los Beatles, con coros que recuerdan a los años 60. “Deep Down” aporta sección de vientos, pero poco más, antes de cerrar con “Winter Bird;When Winter Comes”, canción que es continuación de la apertura "Long tailed Winter bird" y en la que juega a enumerar una lista de tareas como: arreglar la valla del jardín, comprobar los cierres de la casa o plantar árboles. Paul demuestra que sigue muy vivo a sus 78 años, en plenas condiciones y con un ingenio envidiable. Esperemos que aún nos ofrezca más sorpresas, antes de dar por finalizada su brillante carrera.
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