2022 puede ser el año de consolidación de Cariño y me alegraría de que triunfaran con su pop desenfadado. Después de su debut con "Movidas" (2018), lanzan al mercado su segundo álbum, el disco homónimo en el que aúnan todas esas canciones que han ido arrastrando en los últimos años y que necesitaban compartir con el público. María Talaverano, Paola Rivero y Alicia Ros (también bajista de El Buen Hijo) son artesanas en la elaboración cuidada de esas melodías pop, frescas, con letras descaradas que encajan a la perfección en el indie patrio. Las comparaciones con Fresones Rebeldes, Alaska y Los Pegamoides, Los Punsetes o La Casa Azul resultarán inevitables. Ellas hablan de amor y desamor, sexualidad, nostalgia... temas eternos con los que han conseguido darse a conocer de inmediato, quizá a esas letras que no logras borrar de tu memoria y que se convierten en himnos inmediatos que curiosamente crecen a cada escucha, porque bajo esa aparente ingenuidad descubres sátiras brutales. Atención porque tocan en Coachella este año.
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