El que fuera guitarrista y voz de Pink Floyd mantiene activa su habilidad creativa, con buen pulso desde la inicial e instrumental "Black cat", hsta la versión de "Between two points", de los Montgolfier Brothers (1999) que canta con su hija Romany. El disco cuenta con textos de su esposa, la escritora Polly Samson, y recupera registros póstumos de su viejo compañero de banda Rick Wright, al órgano Hammond y al piano eléctrico.
Las canciones van mutando poco a poco, con ese "Piper’s call" de ritmo pesado y referecias a los pactos de Fausto con el diablo, el solo virtuosos de guitarra en "A single spark", la electrónica en "Dark and velvet nights", el folkie de “Yes, I Have Ghosts” o ese acompañamiento de un piano avantgarde en "Scattered" que le sirve para susurrar: “El tiempo es una marea que desobedece / que me desobedece a mí”. El quinto álbum en solitario de Gilmour diserta sobre la vida y su fugacidad, el tono acaba siendo crepuscular.
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