La banda británica Chvrches había demostrado hasta ahora, con su tercer disco, una trayectoria impecable. "Love is dead" es un un álbum de altibajos, al intentar explotar su lado más pop, con una sonoridad mayúscula, pero con una producción artificial, muy estática, con demasiados estribillos insustanciales. Pese a todo hay un puñado de buenas canciones, como "My enemy" con Matt Berninger de The National como invitado; "Deliverance", que recuerda a sus comienzos o "Graves".
Este trío de Glasgow debutó en 2013 con un disco titulado "The Bones of What You Believe", realmente sorprendente que parecía podía marcar un nuevo ritmo para los nuevos tiempos de la música indie. Destacaba por la original voz de su cantante, Lauren Mayberry, que arropaba a la perfección con eses sonido sofisticado para pistas de baile en las que oscilaban seres melancólicos, tristes y llenos de vagos pensamientos. Temas como: "Gun"," Lies", "Recover", "The Mother We Share" y "We Sink" se adherían a ti, a la primera escucha, como una segunda piel hecha a medida.
El segundo disco "Every Open Eye", editado en 2015, reincidía en esa misma idea y les situaba en la misma liga que otras bandas de pop electrónico ya asentadas, tales como Chromatics, Austra, Zola Jesus, Lykke Li, entre la luminosidad y la oscuridad. "Miracle" es un experimento que se escapa entre los dedos, al ser más discotequero, con coros robotizados, bases con típicos subidones y sonido más comercial. Tal vez la culpa esté en haber escogido por primera vez un productor ajeno: el californiano Greg Kurstin, más acostumbrado a buscar pelotazos fáciles.
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