El californiano Nick Waterhouse ha sabido labrarse un nombre entre los compositores de soul más respetados en su país. En su quinto y último trabajo, "Promenade Blues", se convierte en un crooner de los años 50 con su cóctel habitual de jazz, blues y rhythm&blues. El tema inicial "Place names" se ha convertido en una de mis canciones favoritas de las últimas semanaa, aunque es cierto que el resto del disco no está a la altura de ese temazo, sí podemos encontrar melodías de aromas vintage, con una producción excelente a cargo de Paul Butler, colaborador habitual de otros músicos ilustres como Michael Kiwanuka o Devendra Banhart.
Dice la nota de prensa que "igual que los años veinte del siglo veinte fueron convulsos y dieron lugar a obras como “El Gran Gatsby” (Francis Scott Fitzgerald, 1925), los años veinte del siglo veintiuno prometen grandes emociones y que pueden ser capturados por los escritores, cineastas y músicos del presente. Gente como Nick Waterhouse (Santa Ana, 1986), que puedan trasladar las emociones fuertes a discos profundos como el que acaba de editar: “Promenade Blue”. Sus canciones hablan del presente de su país, que describe como una nación grande y corrupta, en la que se vende la libertad para camuflar la desigualdad social, sin que las instituciones democráticas velen por los intereses de sus ciudadanos. No sé si eso te recuerda las promesas de alguna presidenta autonómica de nuestro entorno más cercano. En ese sentido “B. Santa Ana, 1986”, quiere ser un himno para los californianos. Atención a otras piezas también bailables como “Very Blue” o “Medicine” y que tus pies no paren de bailar.
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