sábado, 11 de julio de 2020

PAUL WELLER "On sunset"


Paul Weller es a día de hoy un icono de la cultura británica, un artista incombustible que a pesar de sus intensas arrugas y sus sesenta y dos años, nos presenta su decimoquinto álbum de estudio en solitario "On Sunset". Por supuesto no olvidaremos su paso por  The Jam y por The Style Council, después en 1992 estrenaba una carrera en solitario que ha resultado más que notable. Su nueva obra demuestra que sigue en racha creativa y que continua siendo capaz de  combinar el clasicismo habitual de su música con modelos contemporáneos y hasta arriesgados.
En "On Sunset" se rodea de amigos, el cantante Col3trane colabora en el nuevo disco de Weller, además de Jim Lea, de Slade, que toca el violín en "Ecuanimity". Y su viejo amigo Mick Talbot, que tocaba teclados en Style Council, toca el órgano Hammond en tres canciones. Otros invitados son la cantante francesa Julie Gros, miembro de Le SuperHomard, el guitarrista de The Strypes, Josh McClorey, y el trío folk The Staves.
"On Sunset" recoge pop agradable, rhythm and blues, soul, toques electrónicos y armonías vocales femeninas de los 60, sonidos que podemos identifiar como reconocibles en su carrera. Es un álbum que muestra sentimiento, con momentos emocionantes lo puedes comprobar. El elepé se abre con “Mirror Ball”, corte de ocho minutos y varias partes diferenciadas cercano a una pequeña ópera rock, que habla de la liberación de la pista de baile  y que recomienda que no dejemos de bailar auque perdamos el ritmo. Tras esta apertura se encuentra “Baptiste”, que bien podría haber sido firmada por Van Morrison, y la untuosa “Old Father Tyme”, un tema con bastante ritmo. También destacan los tres sencillos extraídos: “Earth Beat”, “Village”, que cuenta con la colaboración de Mick Talbot en el teclado y “More”, una canción impregnada de cuerdas y vientos en la que participa la cantante francesa Julie Gros, en la que se hace una feroz crítica al consumismo, al deseo de acumular dinero y objetos que no necesitamos. Además de los siete minutos de la propia “Sunset” que da título a la obra “Equanimity” en la que podemos encontrar ecos de los Beatles y de los Kinks. El álbum se cierra con “Rockets”, una épica canción en la que Weller emula a David Bowie y que supone un epílogo emocionante. Paul demuestra con este disco que es un clásico moderno, en plena madurez creativa, capaz de sorprendernos también por su capacidad de ofrecer pinceladas experimentales y electrónicas.

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