El tercer LP de los catalanes es un disco contundente en el que se atreven con nuevos registros que van desde el pop más melancólico hasta el rock más desbordado, un juego de géneros bien encajados. Doce canciones en las que no falta la tan necesaria crítica social: "La vida es todo aquello que pasa mientras trabajas, si es que trabajas" y no se cortan para desmitificar conceptos sumamente arraigados: "Lo que no te mata solo te hace más mediocre". "Arista rota" arrastra la desazón en las letras de Eric Sueiro, el desconsuelo de una generación que no ve futuro, pero también arremete contra la desidia: "Y si me quejo, tú no desistas, dame más fuerte quizá despierte de mi letargo". En lo sonoro estos chicos se atreven con todo, desde los dejes heavys, a la bossa nova de "Altares", el ritmo frenético de “Velázquez”, la balada oscura de “Rey emérito”, el pop de "Flores" o a la energía guitarrera de "Leviatán" donde vuelven a arremeter con la falta de esperanza: “De qué sirve la paz si no hay dinero”. Nada resulta estridente en este disco que suena limpio, gracias en parte a la producción de Sergio Pérez SVPER en Maik Maier (Los Punsetes, Mujeres, Joe Crepúsculo).
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