Beach House, el dueto estadounidense, formado por Victoria Legrand y Alex Scally nos ha puesto, otra vez, a soñar despiertos con ese dream pop atmosférico. “Once Twice Melody”, su octavo álbum es un disco doble que han ido presentado a plazos, como una colección de cuatro EPs. Esta obra magna demuestra que están en un excelente momento creativo, no solo por su extensión, 18 canciones en hora y media, sino también por la intensidad de sus melodías oníricas. La forma de presentarlos, un EP a lo largo de los últimos cuatro meses, nos ha permitido adentrarnos pausadamente en esas canciones que nos han ofrecido grandes momentos y alguna joya como “Superstar”, un tema sobre la perdurabilidad del amor que tiene los versos más emocionantes del disco; "Runaway", una de sus producciones más juguetonas, donde usan caprichosamente el vocoder; "Masquerade", con esos pasajes perturbadores en los que usan voces distorsionadas que hacen convivir con el electropop; la preciosa "Finale"; "Only You Know" complementa la tendencia shoegaze o “Hurts To Love”, una de sus canciones más inmediatas expresamente destinada a la pista de baile, en la que Victoria Legrand nos repite: "si duele amar, lo mejor es hacerlo de todos modos".
El dúo de Baltimore cumplen ahora 15 años juntos desde que lanzaron su debut, desde entonces nos han deleitado con ese dream pop atmosférico, pero es en esta ocasión con "Once Twice Melody" donde apuntan a un proceso de creación obsesivo, en el que han perdido tal vez la idea del disco como una unidad sonora. En algunos temas ese modo abigarrado y meticuloso de componer les ha llevado a cierto barroquismo, en el que alguna canción queda sobrecargada, pero también es cierto que esta es la colección de estribillos más pegadizos de su carrera.
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