El bajista de Los Enemigos y productor musical publica "Arrecife", un disco que habla de las pérdidas y en el que aborda como terapia personal el fallecimiento de sus padres. A pesar de todo es un trabajo que clama por exprimir la vida, más allá de buscar la felicidad, un intento en el que podemos fracasar, pero al que por lo menos podemos aspirar. Este es un disco de gratitud dedicado "a la memoria de Beli y Salvador".
En el disco también habla de ese chico que salió por la puerta de su casa en Almería, cuando se marchó a Madrid a cumplir sus sueños provistos sólo de un bajo y una mochila. De sus inicios en Glutamato Ye-yé, del artista detrás de Clovis y Los Eterno, de los 25 años como bajista de Los Enemigos, de haber trabajado con Los Planetas, Lagartija Nick y Mercromina, entre muchos otros, y haber sido responsable de la editorial Libros de Ruido. Su vida marca este disco y a veces las canciones duelen, como la vida misma. "Arrecife" se abre con "A tu lado", en el que nos invita a "olvidar todo lo malo" y a ser optimistas, la idea se repetirá con la esperanza de buscar las cosas buenas, como en "Tempestad" donde canta: "bajo la tempestad no me quiero quedar / ni aguantar un día más / es la hora de vivir el momento como si fuera tu último aliento". Otro de los singles principales nos habla de "Avanzar" o de sentirse "Afortunado", lo cierto es que hay temas que conmueven como "La vida es un sueño" que narra los momentos junto a su padre, cuando tras la pérdida de su madre, fue a acompañarle a la casa familiar. Un disco esperanzador donde a veces las canciones duelen.
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