La vida nos da sorpresas, a veces tan increíbles como la de este disco, porque la banda donostiarra La Vieja Escuela publica su primer álbum, 35 años después de su formación. En 1984 un grupo de jóvenes entusiasta se lanza a crear música y resultan ganadores del primer concurso Pop-Rock de San Sebastián y el del histórico Gaueko bilbaíno en 1984. Se les etiqueta dentro del Donosti Sound, caracterizados por sonidos oscuros y aquel cuarteto prometedor empieza a ofrecer algunos conciertos, pero apenas un año después desaparecen tan rápido como habían aparecido, sin dejar ninguna grabación registrada. Nada hasta ahora cuando su líder Juanjo Arrizabalaga, guitarrista, voz y compositor ha decidido recuperar la formación y grabar las composiciones que entonces compusieron. Las trece canciones del álbum "La cristalera" que han ordenado cronológicamente según las crearon. Piezas de una música densa, con guitarras oscuras, voces afectadas y teclados graves.
Hemos sabido que Juanjo Arrizabalaga ha sido director, en los últimos años, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de su ciudad. Iniciativa y ganas ha puesto en recuperar a La Vieja Escuela, para ello ha contado con la complicidad de la formación original completada con Patxi de Assas (teclados), Julia Onaindía (bajo) y Federico Roig (batería), además de la destacable producción de Iñaki de Lucas (La Buena Vida, Amateur). Juntos han puesto en pie este excelente disco que por momentos no hará recordar el sonido siniestro y el pospunk de una época añorada, de los tiempos de The Sound, Joy Division, a los primeros The Cure, a Parálisis Permanente..., pero no es un ejercicio de estilo. Se agradece escuchar piezas como "Siberia", "Monitor" o "El precio del compromiso".
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