Animal Collective han sido niños mimados del indie. Como suele ocurrir revolucionarios en sus inicios por un concepto musical rompedor, pero que lamentablemente con el tiempo no han sabido desarrollar del modo adecuado para seguir abrazando la vanguardia.“Strawberry Jam”(2007) y "Merriweather Post Pavilion" (2009) les consagró a los altares como banda de rock experimental, lamentablemente posteriores trabajos como "Centipede Hz", "Painting With…" o "Tangerine Reef" no estaban a la altura. Los de Baltimore logran remontar algo con "Time Skiffs", aunque podemos discutir que todavía están faltos del desparpajo y las amplias miras de otros tiempos. Suenan menos atrevidos pero se agradecen temas como "Cherokee", "Prester John", "Car Keys", “Walker”, la inaugural "Dragon Slayer" o la hermosa balada final "Royal and Desire". Su decimotercer trabajo puede reconciliarnos con ellos sin ser un álbum sorprendente, pero podemos disfrutar de un pop colorista, repleto de texturas y algo más aventurero que sus obras anteriores, gracias a esa psicodelia retorcida y a esa electrónica exuberante. Avey Tare, Deakin, Geologist, y Panda Bear vuelven a realizar su alquimia retorcida, colorista, con "infinitas explosiones de luz".
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