"London Calling" es uno de los discos que figuran en todas las listas como uno de los mejores álbumes de la historia de la música, 19 canciones inolvidables que cambiaron el sonido de una época. El vinilo convertida en pieza de culto se publicó el 14 de diciembre de 1979 y convirtió al punk en una narración de su tiempo que reflejaba las tensiones sociales de la era Thatcher, que pretendía concienciar sobre lo que acontecía y que dejaba abierta la puerta del punk a otras influencias. "London Calling" hablaba de desempleo, desaliento, drogas en las calles, tensiones raciales... en un Reino Unido que se hundía en una dura recesión. De aquello han pasado 40 años, fue toda una bofetada al rock, que además sorprenden por su vigencia actual. En su tercer disco The Clash se nutría de música jamaicana, de rockabilly y de rhythm’n’blues americano, aquello rompió conceptos y cinturas, como también sorprendió a la industria discográfica que aquel cuarteto punk impusiera lanzar un disco doble a precio de sencillo.
"London Calling" se reedita en diversos formatos (CD y vinilo), e inspira una solemne exposición, "The Clash, London calling", hasta la primavera, en el Museum of London, donde además de múltiples objetos, letras manuscritas, instrumentos musicales, vestuario también se podrán contemplar algunas piezas visuales. Aunque el objeto fetiche es el bajo eléctrico, un Fender Precision, que Paul Simonon estrelló contra el suelo en el concierto del Palladium neoyorkino, escena inmortalizada en esa foto de portada que ya es un clásico. Hay que recordar que el gesto viene motivado por el cabreo de Paul como respuesta a que al público asistente no se le dejara levantarse de sus butacas. La foto captada por la fotógrafa Pennie Smith, quien había trabajado para la revista «Frendz» y, posteriormente, para «New Musical Express», donde fue la responsable de la mayoría de sus portadas entre 1975 y 1982. Ella puso muchas reticencias para que se publicara la imagen porque estaba desenfocada, pero finalmente aceptó por la insistencia de Joe Strummer.
El disco contine verdaderas joyas mestizas donde el punk ya no se manifiesta con guitarras crispadas al grito de "fuck", como la pieza "London Calling"; "The guns of Brixton", sobre los disturbios que tuvieron lugar en el sur de Londres; "Lost in the supermaket" y aquella desesperante desaparición; los zarpazos de rockabilly de "Brand new Cadillac" o "Spanish bombs", con su épica sobre la Guerra Civil. El punk rock del cuarteto se enriqueció con abundante música jamaicana, en canciones como "Rudie can’t fail" o "Wrong ‘em boyo", un influjo que llegaba porque las clases trabajadoras ya se habían comenzado a familiarizar con el reggae y el ska, desde finales de los años 60. unas influencias que volvería a materializar en su siguiente trabajo "Sandinista!2 (1981)".Donde volvieron a repetir la fórmula de vender el álbum a un precio más económico, en esta ocasión un triple a precio de doble.
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