Se trata del cuarto álbum firmado como Xoel López (A Coruña, 1977), tras defenestrar a su anterior identidad, Deluxe: “Este disco, por muchos motivos, lo considero el comienzo de algo nuevo, aunque inevitablemente sea continuista en algunos puntos, pero la composición nace de otro punto”, subraya el artista. Es el primero tras la trilogía que conformó su viaje y vuelta de Latinoamérica, como un puente entre el folclore de las dos orillas: "Atlántico" (2012), "Paramales" (2015) y "Sueños y pan" (2017). Además es la primera vez que comparte composición, en su más de 20 años, con su amigo David Quizán que le prestó versos y melodías prácticamente para la completar la mitad del disco. Incluso ha renunciado a coproducir para dejarlo todo en manos de alguien con quien nunca había colaborado hasta el momento, Carles Campi Campón, quien venía de trabajar con Jorge Drexler y Vetusta Morla. De hecho, solo había una premisa: “Quería escasa presencia de la guitarra, porque no me sentía en mi mejor momento de relación con ese instrumento”.
El decimoquinto álbum de la carrera de Xoel López estaba compuesto el año pasado, pero el coronavirus lo paralizó todo: "Estábamos a mitad de grabación cuando, de súbito, tuvimos que dejarlo todo e irnos para casa", recuerda el músico. "Es un disco coral, festivo y de banda grande. Un disco que, de alguna manera es un último retrato de cuando éramos felices". El resultado es un disco de pop festivo, que bebe de otros sitios, que no es como lo era Deluxe. "Nunca había llegado tan lejos ni había hecho una canción tan cachonda como Tigre de Bengala. Y al mismo tiempo tampoco nunca había hecho una canción tan melancólica como Joana", asegura. "Si mi rayo te alcanzara", frase que da título al disco, marca el comienzo de una nueva etapa en la trayectoria del músico coruñés.
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