Courtney Barnett se ha convertido en la reina del indie-rock. Ha sido casi por casualidad ya que la discografía de la australiana tampoco es muy extensa. Lo primero que hay que considerar es que sus trabajos, este es su segundo disco en solitario, han sido muy bien acogidos por el público y la crítica; su facilidad para los estribillos contagiosos es pasmosa; su acierto en tocar temas polémicos como la pederastia han sido un acierto; sus colaboraciones con otros artistas y el éxito de su disco conjunto con Kurt Vile, un músico con mucha más trayectoria, han proyectado su propia carrera; su juventud e imagen han inspirado a otras chicas que se han decidido a coger la guitarra; su naturalidad y desparpajo que la hacen atractiva, sin ser especialmente guapa, la han convertido en modelo de una conocida marca de pantalones vaqueros, así que todo ello ha contribuido a afianzar su imagen mundial. Todo ello ha hecho que ahora se mire con detenimiento todo lo que hace.
Así pues su segundo trabajo en solitario ha creado suma expectación “Tell Me How You Really Feel”, un disco que sorprende porque suena algo más oscuro, menos directo que su debut. Piezas como ‘Hopefulessness’, que abre el disco o "I’m Not Your Mother, I’m Not Your Bitch" muestran esa densidad. La fama rápida ha pillado por sorpresa a la australiana que no tiene reparos en hacer un repaso a sus miedos e inseguridades, en algunas de las letras. De ahí que estemos ante diez canciones más personales y menos directas.
Courtney Barnett sigue demostrando una gran facilidad para canciones contagiosas como ‘Charity’ , ‘Crippling Self Doubt and a General Lack of Self Confidence’, City Looks Pretty’ y ‘Nameless, Faceless’. Se ha convertido en una estrella rock por méritos, así que no tiene problema en demostrarlo en composiciones tan deliciosas como esas. Esperemos que la fama no trastoque su carrera y seguir disfrutando de su buen hacer.
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